En 1812, con el propósito de distinguirse del ejercitó invasor realista, Manuel Belgrano instauró el uso de la escarapela para todas las tropas del ejército revolucionario.

En la actual ciudad de Rosario, el 13 de febrero de 1812, Manuel Belgrano le solicitó al Primer Triunvirato que avalara el uso de una escarapela nacional con los colores blanco y azul celeste. El objetivo era tanto uniformar a todas las tropas de las Provincias Unidades del Río de La Plata como distinguirlas del ejército enemigo, que utilizaba el color rojo. El 18 de febrero del mismo año, el Triunvirato decretó el reconocimiento y uso de la escarapela como insignia patria.

El Consejo Nacional de Educación estableció el 18 de mayo de 1935 como la fecha para homenajearla.