La historia de Luka Modric está plagada de claroscuros. Desde su infancia a la vera del mar Adriático, donde su casa fue destruida durante la guerra de la independencia de Croacia hasta este presente que lo encuentra en la final del Mundial y como la bandera futbolera de una selección que quiere coronar su histórica performance con su primera Copa del Mundo.
Pero hay más, mientras aspira a romper con la hegemonía de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo y quedarse con el Balón de Oroal mejor jugador del mundo, un asunto judicial eclipsa el presente del 10 de Real Madrid: Modric podría ser condenado a cinco años de prisión.
El jugador declaró como testigo en el juicio contra Zdravko Mamic, ex presidente de la federación croata y del Dinamo de Zagreb. Y la justicia habría encontrado contradicciones en su testimonio.
Mamic, considerado desde hace años como el verdadero patrón del fútbol croata, fue condenado en junio a seis años y medio de prisión por corrupción y malversación de fondos en el marco de transferencias de jugadores, una de ellas la de Modric al Tottenham en 2008.
El futbolista fue citado a declarar y en primera medida le había explicado al tribunal de justicia que había firmado un acuerdo con Mamic en 2004 en el que establecía el giro de la mitad de sus ingresos por transferencias. Pero en una segunda declaración dijo que ese anexo se había firmado en 2008 cuando ya estaba jugando en el equipo inglés. Ese cambio de versión le costó ser inculpado por falso testimonio.
“Lo lamento. Pasé mucho tiempo en la USKOK (departamento de investigación croata) y probablemente me equivoqué”, explicó Modric, a un par de semanas de jugar el Mundial. El que le puede dar a Croacia el domingo su primera Copa del Mundo.
“Conociendo a Luka y su personalidad estoy convencido de que asumirá estoicamente todo esto y que va a estar a su nivel cuando sea necesario”, advirtió el director técnico de la selección Zlatko Dalic antes del inicio del torneo en Rusia.
A la hora de jugar no hubo lugar las dudas: el capitán de Croacia fue la manija de un equipo sólido y con garra que llega a la final tras pasar como líder el Grupo D, en el que dejó como escolta a la Argentina, y superar a Dinamarca (octavos), Rusia (cuartos) e Inglaterra (semis).
Ahora irá por la gloria el domingo ante Francia en Moscú. Y más adelante la cabeza de Modric se dividirá en dos asuntos.
Por un lado, será uno de los grandes candidatos a quedarse con el Balón de Oro tras haber quedado quinto en la última edición que ganó CR7. Y al mismo tiempo esperará de la decisión de la justicia, que lo podría condenar a una pena de entre seis meses y cinco años de prisión por falso testimonio.