Un suboficial de la Armada, que estaba de guardia en el servicio de comunicaciones en la Base Naval Mar del Plata cuando desapareció el ARA San Juan , reveló que ese día se recibieron tres intentos de comunicación en las frecuencias asignadas al submarino, lo que puede interpretarse como posibles mensajes frustrados de pedidos de auxilio.
El testimonio lo brindó ayer el suboficial primero Rubén Darío Espínola ante los miembros de la comisión bicameral que investiga la desaparición del submarino, al recordar lo ocurrido ese 15 de noviembre. También expuso el director de Inteligencia de la Armada, contraalmirante Pedro Galardi, quien confirmó que en el ARA San Juan viajaba el cabo principal Enrique Damián Castillo, que integraba el área de Inteligencia Naval.
El suboficial Espínola precisó que los intentos fallidos de comunicación se recibieron a las 14.18 del miércoles 15 de noviembre, unas tres horas después de la anomalía hidroacústica registrada en el área de patrullaje.
“Escuché a alguien que estaba tratando de transmitir un mensaje en las frecuencias asignadas al submarino. Di parte verbal a la Central de Comunicaciones de la Fuerza de Submarinos y a la base de Puerto Belgrano. Como el enlace finalmente no se concretó, no lo anoté en el libro de guardias. Lo registré tres días después -el sábado 18 de noviembre-, cuando me reincorporé al servicio”, explicó el suboficial Espínola, quien hoy presta servicios en el destructor ARA Sarandí.
En ese momento, era supervisor de comunicaciones en la estación Mar del Plata. “Hubo un intento por cada frecuencia [el submarino tenía tres asignadas]. Se escuchaba muy mal, porque había una tormenta eléctrica en ese momento en Mar del Plata”, precisó el marino, al admitir, sin embargo, que las frecuencias se pueden interferir.
“Este dato es de vital importancia, porque si se trató efectivamente de una señal del ARA San Juan y los superiores del suboficial Espínola lo pasaron por alto, habría que investigar si hubo negligencia en horas claves para el rescate”, advirtió la senadora nacional Magdalena Odarda (RIO-Río Negro), en la reunión de la comisión bicameral, que preside el diputado Guillermo Montenegro (Pro-Buenos Aires).
El suboficial explicó que no se trató de llamadas, sino de intentos de transmisión de datos. “Como estación auxiliar, nosotros recibimos transmisiones cifradas”, dijo Espínola, al recordar que fueron tres intentos de comunicación en un espacio de cinco minutos.
“Ese día nuestra prioridad era el submarino”, agregó, al señalar que ya se había recibido la información de que el submarino presentaba anomalías por la entrada de agua al tanque de baterías.
Al valorar el testimonio, la senadora Odarda advirtió, además, que “si efectivamente esos intentos de comunicación correspondían al ARA San Juan, podría tener que modificarse sustancialmente el área de búsqueda asignada actualmente, ya que se fijó de acuerdo al evento hidroacústico registrado en el área de patrullaje”.
También suscitó inquietud entre los miembros de la comisión bicameral el testimonio del contraalmirante Galardi, quien reconoció que entre los tripulantes del ARA San Juan se encontraba un agente de Inteligencia Naval.
“Durante todo 2017 fue habitual el embarque de personal de inteligencia en los buques”, declaró Galardi, quien asumió al frente del área en marzo pasado. En el momento de la desaparición del submarino conducía el área de Personal y Salud de la Armada.
El testimonio de Galardi se contrapuso con la carta de Anabella Castillo, esposa del marino de inteligencia que se embarcó en el submarino. La carta fue leída en la audiencia. Su mujer dijo que Castillo “era el único que no era submarinista; no tenía hecho el curso de escape y estaba allí por obedecer una orden de un superior”.
“Ante semejante tragedia, todo lo que se pueda hacer es poco, porque nada sustituye la pérdida de un familiar”, dijo Galardi, quien no explicó la función que se le asignó al agente naval de inteligencia en el ARA San Juan.
Los interrogantes que salen a la luz en los testimonios ante la comisión bicameral que investiga lo que ocurrió con el submarino generan inquietud entre los familiares de los 44 tripulantes, que el domingo, a las 14.30, realizarán una marcha para reclamar que se retome la búsqueda.
Al cumplirse ocho meses de la última comunicación, los familiares se concentrarán frente al Congreso y marcharán con banderas argentinas hasta la Casa Rosada, para insistir en sus reclamos.